Recientemente, el Gobierno laborista de Starmer ha manifestado su intención de instaurar en Reino Unido una semana laboral comprimida de cuatro días. Esta medida, aplicable siempre que las circunstancias y el tipo de actividad lo permitan, no implicaría la reducción de horas, sino la redistribución de las mismas. Silvia Palacios, Socia Directora del área Laboral, reflexiona sobre estas y otras cuestiones en esta entrevista de Negocios TV.
Mantener la semana laboral de 40 horas con una redistribución de las mismas comprimidas en cuatro días y cobrando el 100% del salario actual. Ésta es la propuesta que pretende aprobar el gobierno británico para «conseguir una mayor flexibilidad y una mejor conciliación de la vida personal y laboral de los trabajadores».
Cuestionada por esta medida, diferente a los casos de reducción de jornada que sí implican una disminución de las horas trabajadas, nuestra compañera Silvia Palacios la considera «contraproducente en determinados aspectos». En su opinión, sobrecargar a las plantillas agrupando todo el trabajo en cuatro días efectivos podría generar mayor estrés, «impactando negativamente en la salud mental de las personas trabajadoras«.
¿Podría trasladarse esta propuesta al tejido empresarial español? Al respecto, Palacios advierte del ya de por sí elevado índice de absentismo laboral, actualmente situado en el 7,2%; cifra que podría aumentar debido al estrés que generaría una semana comprimida en cuatro días. La experta recuerda que, «aunque en España ya tenemos jornadas de trabajo muy prolongadas, nuestra tasa de productividad no es muy satisfactoria, por lo que cabría preguntarse si realmente conseguiríamos con medidas como la que propone el Gobierno de Starmer aumentar nuestro rendimiento».
Países como Alemania y Francia, con jornadas inferiores a 40 horas, Bélgica y Portugal, con programas pilotos en marcha, e incluso a nivel nacional, territorios como la Comunidad Valenciana que han apostado por esta compresión de las horas de trabajo en cuatro días, confirman la tendencia actual. Para nuestra compañera, «este fenómeno puede suponer una solución a determinados problemas como la falta de talento, la elevada rotación de personal y el alto nivel de absentismo. Además, bien planteado, podría ser incluso una ventaja competitiva para según qué empresas».
¿Qué otras implicaciones a nivel organizativo tendría la adopción de esta medida en las compañías? ¿Cómo podrían adaptarse y responder a las necesidades económicas y sociales derivadas de esta redistribución de la jornada laboral? Todas las respuestas a estas y otras cuestiones, en el siguiente video.