Silvia Palacios, Socia Directora del Área Laboral de Selier Abogados, reflexiona sobre la importancia del coliderazgo masculino y femenino como factor esencial para alcanzar el éxito en el sector legal. Por su interés, a continuación reproducimos el artículo íntegro publicado en la sección ‘Mujeres por Derecho’ de Legal Today.
El último informe de la Legal Policy & Research Unit (LPRU) de la International Bar Association (IBA) publicado el pasado mes de diciembre de 2022 concluye que en España en el sector legal las mujeres representan más de la mitad de los profesionales, exactamente un 54%, pero sólo el 31% ostenta los puestos más altos. En concreto, y centrándome en “mi mundo”, en los despachos de abogados un 46% de la plantilla son abogadas y tan solo un 28% ocupa puestos de responsabilidad.
¿Por qué? Podríamos señalar muchas razones si bien, a mi juicio, la que más peso tiene es que en las firmas de abogados prima la orientación al cliente y según se escalan posiciones se exige a los profesionales un mayor esfuerzo en la captación y desarrollo de negocio y esto requiere, nos guste o no, una disponibilidad cada vez mayor. Y disponibilidad y conciliación son términos que, a priori, casan mal constituyendo, sin duda, un obstáculo en la carrera profesional de muchas abogadas. Pero estos obstáculos se pueden y deben superar con dos medidas clave: la flexibilidad y la corresponsabilidad. Este es el reto de los despachos y en ello, me consta, están trabajando muchos de ellos, implementando políticas de trabajo a distancia, flexibilidad horaria, participando en talleres de sensibilización e impartiendo formación, entre otras acciones.
No puede ser de otra forma. Una firma de abogados si quiere ser una firma de primer nivel, debe retener e impulsar el talento femenino. Igualmente, una firma de abogados si quiere ser moderna debe integrar el liderazgo femenino en su organización.
Y subrayo la palabra “integrar”. Porque los Consejos de Administración no pueden estar constituidos exclusivamente por hombres, pero tampoco deben estar conformados exclusivamente por mujeres: deben confluir hombres y mujeres y ambos coliderar.
Los expertos en Recursos Humanos aseveran que las empresas del futuro (y no olvidemos que un despacho de abogados es una empresa de servicios jurídicos) son las compañías “líquidas”, es decir, aquellas capaces de construir equipos multidisciplinares para desarrollar proyectos concretos. De hecho, los despachos hemos hecho nuestro este concepto y ahora también es habitual, si queremos ser competitivos, que ofrezcamos servicios 360. Por ello, exigimos a nuestros abogados que tengan capacidad de trabajo en equipo, visión global, adaptabilidad… Si esto es así, si esto es lo que les requerimos a nuestros profesionales, debemos ser coherentes, y dar un paso más y exigirnos también a nosotros mismos como socios de una firma jurídica las mismas premisas. Así, yo diría que las organizaciones del éxito serán aquellas capaces de formar equipos de dirección diversos, en cuanto al género, por supuesto, pero también en cuanto a la edad o la cultura, por ejemplo.
Aunque personalmente, más que de género creo que debemos hablar de personas, y cada persona tiene habilidades distintas, lo cierto y verdad es que existen estudios que concluyen que las mujeres tienen ciertas competencias propias, por ejemplo, la empatía con los equipos y los clientes, la creatividad, la atención al detalle o la gestión de la incertidumbre. Si esto es así, no tiene sentido que una organización prescinda de valores tan fundamentales para la dirección y gestión de un negocio. Lo enriquecedor, en definitiva, será aunar las habilidades de todos y de todas y coliderar. Solo así adoptaremos decisiones equilibradas y avanzaremos a ese éxito tan deseado.
El coliderazgo masculino y femenino es, sin duda, una cuestión de derecho, una cuestión de igualdad, pero como los despachos de abogados, igual que el resto de las empresas, nos medimos por resultados económicos, y no podemos olvidar mencionar que la igualdad contribuye a mejorar el clima laboral, lo que incide en la motivación de los abogados y directamente en la cuenta de resultados.
Y como estamos en el mundo de los datos, aportémoslos. Según el último informe de la OIT, denominado “Las mujeres en la gestión empresarial: argumentos para un cambio”, más del 57% de las empresas con iniciativas a favor de la diversidad de género consideran que las mismas contribuyen a mejorar su rendimiento empresarial.
Este es el camino: implementar medidas de igualdad. Son ya muchos los despachos de abogados que las tienen. No olvidemos que la Ley para la igualdad de mujeres y hombres así lo exige – todas las empresas con independencia de su tamaño deben implantar medidas de igualdad y, para aquellas de 50 o más trabajadores, esas medidas deben consistir en un plan de igualdad –.
Pero ninguna compañía, y menos una firma jurídica, debería contar con una política de igualdad por imperativo legal o como medio para evitar una sanción – realidad existente en muchos casos que no debemos ignorar –.
Efectivamente, los despachos de abogados deben implementar medidas y planes de igualdad como consecuencia del compromiso real de la dirección con el principio de igualdad. Solo así se conseguirá transformar la cultura de la organización y consagrar la igualdad como el eje de la gestión, no solo de las relaciones laborales, sino también del negocio. Entonces sí, nos encontraremos ante organizaciones auténticas. Y aquellas que no lo son, aquellas que tienen un plan de igualdad, pero sus Comités de Dirección están íntegramente conformados por hombres, o que no ejecutan las medidas de igualdad acordadas, deberían ser sancionadas, no ya por la Inspección de Trabajo, sino por los propios clientes y proveedores que deberían negarse a trabajar con ellas. No es un utópico. Observo que cada vez más los clientes se interesan por las medidas de igualdad implementadas en sus respectivos despachos. Y es que, si no apostamos todos los stakeholders por la igualdad, nunca conseguiremos que esta sea real y efectiva. La responsabilidad no solo la tienen las empresas, sino todos y cada uno de las personas, físicas o jurídicas, que formamos parte de la sociedad.
Resulta obvio – así lo evidencia los datos con los que iniciaba este artículo – que todavía hay mucho trabajo por hacer, pero no me cabe duda de que estamos en el buen camino. A los datos siempre hay que darles una segunda lectura. Yo me quedo con esta. En 1922 se colegió la primera mujer en el Colegio de Abogados de Valencia. Hoy, 100 años después, el 54% de los profesionales del derecho son mujeres, el 31% con puestos de dirección. Hasta noviembre de 2022, la Presidencia del Tribunal Supremo la ocupaba una mujer; la Presidencia del Consejo General de la Abogacía la ocupa también una mujer. Hago mías las palabras de esta última, Victoria Ortega: “Optimismo y perseverancia. Si tuviera que escoger las dos palabras que mejor califican a las mujeres españolas que desarrollan su actividad profesional en el ámbito de la Justicia optaría por esas dos”.
- Artículo de Silvia Palacios, Socia Directora del Área Laboral de Selier Abogados, publicado en Mujeres por Derecho (Legal Today).
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