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Impacto y reflexiones sobre la reducción del IVA en productos básicos y su repercusión en el costo de vida

Impacto y reflexiones sobre la reducción del IVA en productos básicos y su repercusión en el costo de vida

Un año después de la promulgación del Real Decreto-ley 20/2022, que incluyó la aplicación de una reducción del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) en una selección de alimentos básicos considerados imprescindibles, resulta evidente que la cesta de la compra sigue experimentando un constante incremento en su precio. Este fenómeno plantea interrogantes sobre los efectos reales de esta política tanto en el mercado como en la economía doméstica. En este análisis, profundizaremos en cómo esta medida ha impactado en la dinámica del mercado alimentario y en los bolsillos de las familias, examinando posibles causas detrás de este aumento persistente. 

A pesar de la aplicación de la rebaja del IVA en una amplia gama de productos esenciales como pan, harina, leche, quesos, aceites, huevos, frutas, verduras y legumbres, entre otros, el precio promedio de la cesta de la compra básica en las principales cadenas de distribución del país ha experimentado un notable aumento. En enero de 2024, el costo medio de esta cesta se elevó a 35,81 euros, frente a los 30,11 euros registrados en el mismo período del año anterior, según datos recopilados de establecimientos como Mercadona, El Corte Inglés, Carrefour, Alcampo y DIA. Este incremento en los precios sugiere que la medida de reducción del IVA no ha tenido el impacto esperado por el gobierno, como señala el último estudio de ASUFIN (Asociación de Usuarios Financieros).

A modo de ejemplo, y como referente del aumento de precios, nos encontramos con que, según la información del propio Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, el aceite ha experimentado un incremento del precio de casi un 72% con respecto a la campaña 2022/2023. Y no es un caso aislado, ya que, otros productos como las legumbres, las verduras y la fruta fresca han sufrido un incremento en sus precios de entre el 12% y 13% con respecto al año anterior.

Ante esta situación, es inevitable plantear la posibilidad de que los supermercados estén aprovechando esta rebaja para mantener o incluso aumentar los precios de sus productos, con el fin de obtener un mayor margen de beneficio. Aunque esta práctica está expresamente prohibida por el Real Decreto-ley 20/2022, la realidad indica que podría estar ocurriendo. Sin embargo, y según datos del Observatorio de Márgenes Empresariales del Banco de España, parece que las grandes superficies no están experimentando su mejor momento, pues según los datos mencionados, en los últimos trimestres del año 2023 este tipo de empresas han visto reducido su margen de beneficios.

De todas formas, no podemos olvidar que el incremento de los precios de los alimentos es un fenómeno multifacético, influenciado por una serie de factores tanto universales como específicos de cada producto y región. Uno de estos factores radica en los precios internacionales promedios de los alimentos, que son altamente susceptibles a cambios globales. Por ejemplo, el alza en el precio del petróleo desde 2020 ha generado un impacto significativo en los costos de producción y transporte de alimentos, reflejándose en los índices de la FAO. Además, la escasez de mano de obra derivada de la pandemia de COVID-19 ha limitado la disponibilidad de trabajadores en todas las etapas de la cadena de producción y distribución de alimentos, exacerbando aún más la situación.

A esto se suma el impacto de los conflictos bélicos en Ucrania y Oriente Medio, que han contribuido a acentuar esta tendencia al alza en los precios de los alimentos a nivel global. Estos son solo algunos de los elementos que contribuyen al aumento constante de los precios de los alimentos a nivel mundial, un fenómeno que ha revertido la tendencia a la baja que se mantuvo durante gran parte del siglo XX.

En resumen, el primer año de aplicación del Real Decreto-ley 20/2022 deja un panorama incierto y plantea importantes desafíos para la política económica y fiscal del país. A pesar de las intenciones gubernamentales de aliviar la carga económica de los ciudadanos, el aumento constante en el precio de la cesta de la compra plantea dudas sobre la efectividad de la medida. El incremento en los precios de productos esenciales y la discrepancia entre la rebaja fiscal y el costo final para el consumidor sugieren que otros factores podrían estar influyendo en el mercado y en la economía doméstica.

El debate sobre la eficacia de las medidas fiscales para combatir el aumento de precios en productos básicos está lejos de concluir. Se necesita un análisis continuo y profundo de los efectos de estas políticas en el mercado y en la economía doméstica para determinar si se están cumpliendo los objetivos propuestos inicialmente y encontrar soluciones efectivas para garantizar el bienestar de todos los ciudadanos. En un contexto económico y social complejo, es fundamental adoptar medidas que promuevan la equidad y la estabilidad económica a largo plazo.

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