Es esencial que las obligaciones de pago queden perfectamente garantizadas a fin de conseguir el cierre correcto de los acuerdos tras una fase de negociación, e igualmente, que las relaciones contractuales puedan tener una larga vida.
Como apunta Fátima Fajardo, Asociada Senior del área Mercantil de Selier Abogados, tres son las fórmulas más destacadas para garantizar las obligaciones de pago: el aval bancario, el afianzamiento y la garantía hipotecaria.
En su opinión, el aval bancario es la vía más eficiente, pues es la entidad bancaria la que asume la posición del deudor y, en última instancia, será ésta la responsable de dar respuesta al requerimiento del acreedor y abonar la cifra de pago establecida.
Por contra, en el caso del afianzamiento, a las figuras del acreedor y del deudor se suma la del fiador. Será esta última persona quien asuma la deuda en caso de que el deudor no lleve a cabo la obligación del pago en tiempo y forma.
Finalmente, también se pueden garantizar obligaciones de pago mediante la ejecución de una garantía hipotecaria. El requisito para llevar a cabo esta fórmula es contar con un bien inmueble que quedará afecto al pago de las deudas en caso de impago.
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