Durante 2022 estamos asistiendo a un incremento del Índice de Precios al Consumo (IPC) con una intensidad que no se veía desde hace décadas.
Algunas de las causas derivan del incremento del precio de la energía, la guerra de Ucrania, o la inyección de liquidez por parte de los Gobiernos para paliar las consecuencias de la COVID – 19.
Ante esta situación inflacionaria, algunas Comunidades Autónomas, como es el caso de Madrid, proponen deflactar el IRPF como medida preventiva para evitar la pérdida de poder adquisitivo de los ciudadanos.
Pero ¿en qué consiste deflactar el IRPF? ¿Qué efectos puede generar si no se hace?
De forma resumida, podríamos decir que la inflación funciona como un impuesto “invisible” erosionando poco a poco la capacidad adquisitiva de las personas sin que apenas se den cuenta.
Por ejemplo, si tomamos como referencia los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), una renta de 40.000€ anuales en Madrid, en el año 2007, sería equivalente, en el 2022, a una renta de 53.320€ (lo que supone una tasa de variación total del 33,3% o un 1,9346% anual).
Del mismo modo, lo anterior también implica que, si los ingresos de una persona se mantienen estables durante todo este periodo, ésta perdería un 33,3% de su capacidad adquisitiva debido al aumento del coste de la vida.
Una forma de combatir esta pérdida de poder adquisitivo sería deflactar el IRPF, que no es otra cosa que ajustar los tipos del IRPF a la realidad económica actual, de tal modo que, los ciudadanos puedan mantener su capacidad económica lo más intacta posible o, al menos, mitigar los efectos de la inflación.
Como hemos visto, si una persona mantiene sus ingresos estables, por lo general, perderá capacidad adquisitiva con el paso de los años debido al aumento del IPC, pero ¿qué ocurriría si esta persona aumenta cada año su nivel de ingresos en la misma proporción que el IPC? ¿Mantendría su capacidad adquisitiva intacta? ¿Cómo afecta el IRPF a todo esto?
Un caso práctico: IPC / IRPF
Veámoslo con un ejemplo:
Antonio y Juan, ambos solteros, sin hijos y residentes en Madrid, trabajan en la misma empresa desde 2007 con un salario de 40.000€ y 30.000€ respectivamente. Cada año, la empresa actualiza sus salarios conforme al IPC y ambos tienen un volumen de gastos equivalente al 60% de su salario bruto anual (es decir, antes de impuestos).
Aparentemente, ambos disfrutan de una buena situación financiera y, en principio, su capacidad adquisitiva no debería haberse visto afectada con el paso de los años. ¿Pero es realmente así?
Veamos, a continuación, cuánto paga cada uno de IRPF y su situación financiera antes y después de impuestos partiendo desde el 2007 y efectuando revisiones periódicas cada 5 años (partimos del 2007 por ser el año en que entró en vigor la actual Ley del IRPF):
Antes de efectuar valoraciones, es necesario resaltar que las tablas del IRPF sí se han ido ajustando con el paso de los años (cuestión distinta es que lo hayan hecho en la proporción adecuada), lo que nos conduce al hecho de que, si la renta de estos contribuyentes se hubiera mantenido estable, la cuota del IRPF se habría reducida con el paso de los años (sin perjuicio de la pérdida de capacidad adquisitiva como consecuencia de la inflación, por supuesto).
Asimismo, también debemos tener en cuenta que el impacto de la inflación y del IRPF variará en función de la Comunidad Autónoma, del nivel de renta y de las circunstancias particulares de cada contribuyente, por lo que no es posible esbozar un supuesto que aplique de forma general.
Partiendo de estas premisas, algunas de las principales conclusiones que podemos extraer del ejemplo anterior son:
En el caso de Antonio:
- Su situación parece haber mejorado con el paso de los años. Si embargo, en realidad, su poder adquisitivo no solo no ha mejorado, sino que es inferior en comparación al 2007, ya que los 7.948,45€ que es capaz de ahorrar a día de hoy, equivalen a 5.962,83€ de 2007 a causa de la inflación (7.948,45/1,333), por lo que su nivel de ahorro ha disminuido desde ese año.
Aquí podemos observar una de las consecuencias de no deflactar las tablas del IRPF, ya que, a pesar de que los ingresos y gastos de Antonio han crecido en la misma proporción, debido a la progresividad del IRPF (cuanto más se gana más se paga), su capacidad adquisitiva se ha visto reducida con el paso de los años. - La cuota de IRPF ha crecido un 40,09% entre 2007 y 2022, lo cual es porcentualmente superior al incremento de la propia inflación para este mismo periodo de tiempo (33,3%) y uno de los principales motivos de que Antonio haya visto reducida su capacidad de ahorro.
En el caso de Juan:
- Su capacidad adquisitiva se ha visto minorada de forma más pronunciada que Antonio. El ahorro de Juan en 2022 (1.381,13€) equivale a 1.036,11€ de 2007 (lo cual supone un 48,68% menos respecto a los 2.128,32€ ahorrados en 2007).
- Lo anterior sugiere que, a menor nivel de renta, mayor sensibilidad a la inflación, por lo que este tipo de contribuyentes serían los principales perjudicados si no se deflacta el IRPF.
En conclusión, el IRPF puede impactar (y mucho) en un contexto inflacionario como el actual, pues si al considerable aumento de precios, le añadimos un IRPF desacompasado de la realidad económica actual, el resultado es una pérdida generalizada de la capacidad adquisitiva de los contribuyentes (que, como hemos visto, es más pronunciada a menor nivel de ingresos).
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